Hoy nos hemos encontrado este precioso lebrato en el huerto.
No es la primera vez que nos pasa, ya nos encontramos otro hace unos meses que vivía cerca del huerto y se acostumbró tanto a nuestra presencia que pasábamos a menos de un metro de él y no se movía. Ahora es mayor y sigue con nosotros aunque, eso sí, tenemos que echarle cebolla para ahuyentarle de los árboles más pequeños porque le encantan sus ramas tiernecitas.
A ver si hay suerte y este nuevo lebrato se quiere quedar también con nosotros para hacernos compañía.
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