Prueba de esto ha sido encontrarnos hoy con su inconfundible puesta bajo las aguas someras de una zona inundada cercana al huerto, que pronto se verá repleta de pequeños e inquietos renacuajos. De hecho, ya pueden distinguirse éstos, de color negro, en el interior del huevo.
El sapo, como el resto de anfibios (ranas, tritones, salamandras, etc.), se trata de un gran aliado en el huerto, ya que se alimenta de gran cantidad de insectos y otros invertebrados como las babosas, que suelen resultar muy perjudiciales en el mismo.
Por tanto, encontrarse con sapos o cualquier otra especie de anfibio en el huerto resulta siempre un buen augurio para el hortelano.
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