Estos días no se ha podido hacer gran cosa en el huerto debido a que, como contamos en una entrada anterior, el intenso frío y el viento han sido los actores principales.
El valle del Alto Bullaque, en el que se localiza el huerto, se encuentra en los Montes de Toledo rodeado de pequeñas cordilleras montañosas, las cuales producen un ligero efecto Foehn, que unido a la evolución del centro de la perturbación causante estos días de la inestabilidad atmosférica en la Península Ibérica, ha determinado que, aunque a pocos kilómetros las nevadas hayan sido copiosas, en casi todo el interior del valle sólo se hayan visto caer un puñado de copos, algo de aguanieve y un poco de lluvia.
Esto resulta una bendición para el huerto ya que la nieve podría dañar las plantas, ya de por sí afectadas por las heladas nocturnas que han acompañado a estos últimos días
El día 28 de febrero comenzó a nevar en las sierras circundantes:
Hoy, primero de marzo, se empieza a abrir el cielo desde el amanecer. La nieve extiende su manto sobre las montañas pero no sobre el valle, permitiendo a las omnipresentes grullas seguir plácidamente con su bullicio:
Nos acercamos a la sierra para pasear por la nieve, ya que se encuentra muy próxima:
Al norte de la cordillera, toda la cuenca del Tajo que podemos divisar aparece nevada. En ella, perdidos en su blancura, Menasalbas, Ventas con Peña Aguilera y otras poblaciones de Toledo:
En días así se produce esta divertida paradoja:
Sobre esta imagen tomada por satélite (día 01-03-2013, 12:00 horas), cedida amablemente por la Agencia Estatal de Meteorología, resaltamos la nevada que compartimos con vosotros:
El día rubricaba así su despedida:
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