El rumor del arroyo cercano, que se había ido incrementando estos días, dejaba claro que las lluvias incesantes que nos vienen acompañando últimamente han saciado de agua los campos.
Sin embargo, esta mañana, un atronador ruido lo inundaba todo, el arroyo bajaba mucho más bravo aún, alimentado por las aguas que se le unían por doquier procedentes de las abundantes, y ya cansinas, precipitaciones que se acumularon durante la tarde y noche anterior.
El siguiente vídeo, torpemente tomado, os puede hacer una idea del ensordecedor ruido que forma parte del paisaje estos días.
Una vez más, la sencilla pero útil cámara del teléfono nos ha permitido compartirlo todo con vosotros.
Visitando la entrada Lluvias intensas, que publicamos hace unos días, podéis comparar en los mismos puntos la diferencia entre un arroyo ya crecido entonces, y el intrépido arroyo que nos hemos encontrado hoy.
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